SU DELICIA
“Mis delicias son con los hijos de los hombres”. (Proverbios 8:31)
El deseo del Espíritu de Dios - que es el distribuidor
de las bendiciones de Dios y de todo lo que nos ha
sido concedido en Cristo Jesús - es morar en ti y tener
comunión contigo. Su anhelo ha sido desde siempre,
no el quedarse en el cielo, sino el estar en y con
nosotros.
Esto explica también por qué somos llenos del Espíritu Santo. Él vino a vivir en nosotros porque nos ama y desea tener una profunda comunión con nosotros.
Por eso Jesús nos motivó a la comunión con el Espíritu Santo. Esto también nos recuerda la preciosa oración de Pablo a los cristianos de Corinto: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.”
Considera el hecho de que esta asombrosa e infinita personalidad de la Deidad - el Espíritu Santo - vive en ti en su plenitud, habiéndote constituido en el cuartel general de sus operaciones aquí en la tierra.
Tú eres portador de su gracia, de su gloria y de su justicia. Éste ha sido siempre su deseo. ¡Aleluya!
Si aprendes a tener comunión con el Espíritu Santo, Él transformará tu vida. Él causará que seas prosperado en todo lo que hagas y que la gloria de Cristo sea manifiesta y se exprese a través de ti de una manera que jamás imaginaste.
*ORACIÓN PARA LA ACCIÓN*
Querido Padre, qué bendición es que tu Espíritu viva en mí en su plenitud, habiéndome constituido en cuartel general de tu operaciones en la tierra.
Yo soy su tabernáculo viviente, portador de su gracia, de su gloria, y de su justicia. Yo disfruto tu gloriosa presencia en mí, y declaro que tu gloria, tu sabiduría y tu excelencia divinas son evidentes en y a través de mí, en el Nombre de Jesús. Amén.