JESÚS:DIOS EN MI



El cristianismo real o auténtico es Dios vivo y activo en una persona humana. Es la vibrante vida de Cristo en un ser humano: “la divinidad en acción”.

Antiguamente los edificadores utilizaban piedras para poner los cimientos de un nuevo edificio. Sacaban granito, mármol o piedra caliza de una cantera y tallaban el material hasta convertirlo en gigantescos bloques en forma de ladrillo.

Entonces escogían una piedra en particular y la destinaban a ser la «piedra angular»; la piedra de referencia que determinaría la ubicación de todas las demás piedras dentro de los cimientos. Cuando iban colocando todas las demás piedras, una junto a la otra, para darles forma a los cimientos del edificio, se aseguraban de que cada una de ellas estuviera al mismo nivel que la piedra angular y a escuadra con ella.

Dios como arquitecto del universo y de nuestras vidas 600 años antes de Cristo predice a través del profeta Isaias lo que vendría “Por eso dice el Señor omnipotente: «¡Yo pongo en Sión una piedra probada!, piedra angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará desorientado.” (Isaías‬ ‭28:16‬)

La iglesia no es un lugar físico sino Cristo en nosotros y nosotros unidos a la piedra angular que es Cristo para que todos estemos alineados en Comunión con El.

 ¡El Señor Jesucristo nos ha traído a la unión, comunión, asociación, participación, unidad y fraternidad con Dios Todopoderoso! Él murió, fue sepultado, y Dios le resucitó para darnos una nueva vida.

La gloria más grande del cristianismo es la comunión con Dios. Una vez que entras en esa relación, todo cambia.

La Biblia dice que “nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 2:6). Nos ha traído a la comunión consigo.

Ahora, desde ese lugar, en Él y a través de Él, reinas en vida. De esto trata el cristianismo: la obra de Dios en el hombre. Es un llamamiento a la unión con la divinidad. Es una experiencia real. Él ha venido a morar en ti, para que vivas en y a través de Él.