¡MI PADRE ES DIOS!



“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8).

Jesús conocía a Dios como su Padre. Él es nuestro querido Padre celestial. Ciertamente que lo es. Y nosotros somos sus hijos.

Cuando tomamos verdadera conciencia de que nuestro Padre es Dios no dudaremos que fuimos dotados de una paz que el mundo no comprende, así como una certeza donde ninguna calamidad podrá operar en nuestra contra, y que podemos hacer todo lo que la Biblia dice que podemos hacer!

Somos sus hijos en el mismo sentido en el que Jesús es el Hijo de Dios.

Si recuerdas, éste es el motivo por el que los judíos quisieron apedrearle hasta la muerte. Le habían escuchado decir que era el Hijo de Dios; y le acusaron de asemejarse a Dios porque el mundo no reconoce a Dios como Padre porque el pecado de Adán dejó un legado de orfandad.

No obstante “ahora somos hijos de Dios” (1 Juan 3:2).  

*Ahora que has nacido de nuevo, has amanecido a la paternidad de Dios.*

La vida eterna le ha sido impartida tu espíritu, y ahora disfrutas de una comunión real y verdadera con Dios.

“Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!»!” (Gálatas 4:6).