EN SU PERFECTA VOLUNTAD



“…para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
 
Es diferente vivir hacia el propósito que desde Su propósito. Entonces comienzas a vivir en el lugar de Dios, en el tiempo de Dios, para el propósito de Dios, conforme a la voluntad de Dios, y para el deleite de Dios.  

Algunas personas están en el trabajo equivocado, o han emprendido negocios equivocados, o mantienen relaciones equivocadas; y, en consecuencia, sin comprenderlo, sus vidas van en la dirección equivocada.

Nada en tu vida debe apartarse de la voluntad y el propósito que Dios tiene para ti; y eso incluye las personas con las que te encuentras, los lugares adónde vas, los proyectos que emprendes, y absolutamente todo lo demás.

La Biblia dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14). Cuando te encomiendas a la dirección del Espíritu Santo, verás que ya nada sucederá en tu vida por casualidad. Solo te encontrarás con las personas que el Señor dispuso en tu camino. Ya sean buenos o malos, todos serán parte integral del cumplimiento de tu destino en Él.

Nada es comparable con vivir en la perfecta voluntad de Dios, caminando en el camino preestablecido por el Señor para nuestras vidas. Por lo tanto, siempre, y *especialmente en estos primeros días del Año Nuevo, antes de dar pasos o adoptar decisiones importantes, asegúrate de que sean conformes con la perfecta voluntad de Dios.*

Dedica tiempo a tener comunión con el Espíritu Santo, hazlo parte de cada decisión para que desarrolles un hábito y verás cómo habrá abundante luz en tu espíritu para comprender lo que debes hacer. Quizás pienses que has estado apartado de la perfecta voluntad de Dios para tu vida, y que, por ello, las cosas no han ido bien. Verás, ¡puede haber un cambio incluso ahora!

En primer lugar, es preciso que reconozcas que Dios es lo suficientemente grande como para cambiar cualquier situación; incluso hasta el punto de crear un nuevo y aún mejor destino para ti. Sí, Él puede hacerlo, ¡porque es el Dios Todopoderoso!

En segundo lugar, es preciso que te decidas, de manera inmediata, a permitir que el Espíritu Santo tenga el completo señorío sobre tu vida. Él es el que te revela la voluntad del Padre, y te guía y fortalece para que la cumplas.