SOMOS LUZ..... IGUAL QUE JESÚS



Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder (Mateo 5:14).

En el capítulo 8 del Evangelio de Juan leemos sobre una mujer que había sido sorprendida en adulterio; y que, en consecuencia, debía ser apedreada hasta la muerte. Pero la mujer sabía dónde estaba Jesús y se llegó a Él. La multitud que la acusaba le dijo a Jesús: “Maestro, esta mujer debe ser apedreada hasta la muerte por causa de su pecado; ¿tienes alguna objeción?” (Juan 8:4-5).

Jesús dijo: “No tengo objeción; pero que lance la primera piedra aquel que no tenga pecado”. La Biblia dice que todos dejaron sus piedras y se retiraron avergonzados.

En el versículo 12, tras haber tratado con la mujer, Jesús hizo una asombrosa afirmación: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. ¿Cuál es la relación entre esta declaración y lo que había hecho por aquella mujer? Si lo comprendemos, podremos también comprender lo que Él espera de nosotros.

En Juan 9, se encontró con un hombre que era ciego de nacimiento; y una vez más repitió esa misma afirmación: “Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo” (Juan 9:5).

A continuación, operó un milagro: “Escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego” (Juan 9:6).

La mujer adúltera estaba al borde de la muerte; pero Jesús intervino y dijo: “Yo soy la luz del mundo”, y la salvó. Luego vio a un hombre ciego de nacimiento, y le dijo: “Yo soy tu luz”. ¡Gloria a Dios! Jesús les estaba diciendo: “Yo soy lo que tú necesites que yo sea. Si necesitas liberación, yo soy tu liberación; si necesitas salvación, yo soy tu salvación; si necesitas sanidad, yo soy tu sanidad”.

Éste es el significado de “YO SOY”. ¡Aleluya! Y ahora se dirige a nosotros y nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo”. De repente, ¡comprendemos esto en nuestro espíritu!

Esto quiere decir que cuando salgas hoy, alguien va a ser bendecido por tu causa. Si alguien estaba ciego, ¡podrá ver su vista restaurada gracias a ti! Si alguien está enfermo, podrá sanar. Si está paralítico, podrá andar. Y el que esté condenado, podrá ser liberado.

 ¿Por qué? Porque eres la luz del mundo, igual que Jesús. ¡Gloria a Dios!

*AFIRMA CON TU BOCA ESTÁS PALABRAS*
Yo soy la luz del mundo, una ciudad asentada en una colina, que no se puede ocultar. Por eso, en mi vida hay milagros y gloriosas manifestaciones sobrenaturales.
Yo sano a los enfermos, soy portador de esperanza, levanto a los muertos, y llevo libertad a los cautivos.

Hoy yo soy la solución a los problemas de muchos y la respuesta a sus preguntas. Todo lo que no es de Dios – enfermedades, pobreza, muerte, escasez, fracaso, depresión, etc. se inclina ante mí en el nombre del Señor Jesucristo. Amén.