EL GRAN MOVER DEL ESPÍRITU
"Entonces, después de hacer todas esas cosas, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus ancianos tendrán sueños y sus jóvenes tendrán visiones." (Joel 2:28).
En estos tiempos de tanta confusión la Iglesia de Jesús está experimentando una acción del Espíritu sin precedentes.
Somos testigos de fenomenales milagros de salvación, y sanidades así como en respuestas de oración; y aún veremos más.
El motivo es claro: “El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la paz”, afirma el Señor Todopoderoso».” (Hageo 2:9).
Esto es extraordinario, porque, aun siendo los relatos que encontramos en el libro de Hechos inimaginables y asombrosos; pensar que pueda haber aún mayor gloria en nuestros días, es extraordinariamente maravilloso.
Considera, por ejemplo, el relato de Hechos, capítulo 2. La Biblia dice que la predicación de Pedro gano a tres mil personas a Cristo. En el cuarto capítulo, vemos otro fenomenal suceso. Pedro y Juan, predicaron y cinco mil personas creyeron el Evangelio (Hechos 4:4). ¡Maravilloso!
Es por ello por lo que Pedro, bien consciente de la acción del Espíritu, y del anuncio profético de Joel 2:28, reiteró esas mismas palabras en Hechos 2:16-17, diciendo: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…”. Esos “postreros días” llegaron con la predicación de Pedro.
En Hechos 5:14-16, leemos como su mismísima sombra sanaba a los enfermos, y los demonios salían de aquellos a los que oprimían.
También leemos cómo Dios obró especiales milagros por medio de Pablo: “…de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían” (Hechos 19:11-12). Ahora estamos en el final de estos “días postreros”.
Si en el comienzo se vivieron tan gloriosas demostraciones del poder del Espíritu de Dios, imaginemos ahora en este el tiempo en el que nos encontramos en el calendario de Dios.
La Iglesia hoy en día se encuentra mejor posicionada y equipada para mayor impacto y sobre todo en esta época de navidad debemos aprovechar en cada reunión con amigos y familia, cree, comparte y espera una mayor acción del Espíritu, como anuncian las escrituras: *“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera.”*