(IM)POSIBLE



Jesús comenzó Su ministerio con una confesión audaz: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para . . .” (Lucas 4:18).

La confesión que comenzó Su ministerio también reveló la naturaleza de Su ministerio. Era traerle la libertad a la gente, y fue debido a la presencia del Espíritu de Dios sobre Él.

Que maravilla saber que el mismo Espíritu que estuvo con Jesús ahora también está en ti y cuando Dios está con alguien, se le permite y se espera que la persona invada lo imposible.

Esto nos ayuda a conectarnos con nuestra misión dada por Dios, al darnos cuenta de Su presencia en nosotros y al descubrirla, lo cual hace posible lo imposible.

Lo mismo sucedió con Moises, Jose, Josue, Esther, Gedeón, los doce Discípulos; todos ellos fueron llamados a tareas imposibles pero....pero la gran diferencia era que Dios estaba con ellos.

La presencia de Dios requiere algo de nosotros, que (rompamos los moldes) la invasión de lo imposible. Algo siempre se espera de nosotros cuando Dios se manifiesta para estar con nosotros.

El nacer de nuevo en Cristo nos faculta a invadir y conquistar la tierra de las imposibilidades, solo se necesita una mente renovada que le crea a El y vea las cosas que no son como si ya fueran!