UN ALTO HONOR
“Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos.” (Marcos 16:15)
Piensa en el hecho de que Dios no le dio el encargo de ganar almas a los ángeles, sino a ti y a mí.
Este glorioso Evangelio del Dios bendito nos ha sido encomendado a nosotros.
Que maravillosa bendición, privilegio y honor que el Señor hiciera todo lo que hizo, ¡y a continuación nos enviara a nosotros anunciar esta buena nueva!
Y, además, para hacer posible que lo lográsemos, nos dio al Espíritu Santo para estar con y en nosotros. De esta forma eres portador de un evangelio de poder acompañado de milagros y señales.
El Espíritu Santo te concede el poder para que seas un testigo valiente de Cristo resucitado, y des cumplimiento a tu llamamiento