ACTIVA EL PODER DE LA PALABRA



“Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (2 Corintios 4:13).

No recibimos la Palabra para quedarnos callados. Debemos hacerla nuestra y hablarla ya que está esperando a ser activada por ti.

Responder a la Palabra significa más que ‘recitar’ lo que Dios ha dicho. Tienes que decir algo que sea coherente con lo que Dios te haya declarado.

Por ejemplo, Dios ha dicho que por su divino poder te ha concedido todo lo que pertenece a la vida y a la piedad. Tu respuesta debe ser: “¡En mi vida no hay escasez, ni necesidad; pues todo es mío! ¡Yo prospero íntegramente en todo lugar y en todas las cosas, para la gloria de Dios!”

Tú confesión de la Palabra es tu respuesta a la Palabra. Esto es lo que cambiará tu vida y tus circunstancias. Cada vez que Dios habla, todo lo que Él comunica está lleno de poder.

Sus palabras nunca vienen vacías. *¿Qué te ha dicho Dios? ¿Qué has descubierto sobre tu vida en la Palabra?* Responde a la Palabra.

Ahora mismo, declara palabras que sean coherentes con las disposiciones, con los planes y con los propósitos divinos de Dios en Cristo.

*Afirma que estás progresando y manifestando la gloria de Cristo en todo lugar.*

Declara que muchas cosas buenas te están sucediendo, y que están sucediendo a través de ti; pues eres linaje de Abraham.

Activa el poder de la Palabra en tu vida.