CORTA TODA INFLUENCIA DEL MALIGNO



“Todas las naciones me rodearon; Mas en el nombre del Señor yo las aniquilé” Salmo 118:10

David estaba realizando una proclamación en el Espíritu sobre sus enemigos. Antes de destruirlos con su espada, primero  los  tenía  que destruir con  palabras. Por ello dice “..las aniquilé”.

Esto es muy  importante,  pues  nos  muestra  cómo  hemos  de enfrentarnos al adversario.

Estamos ante un gran mover espiritual de los principados de maldad, y esto se refleja sobre  las  naciones,  sobre  los  líderes  y  sobre los  gobiernos del mundo.

Nosotros como embajadores del Reino de Dios tenemos la autoridad para aniquilar toda obra del maligno.

Cuando escuchamos de guerras, pandemias, inseguridad, depresión económica, etc.; y observamos que satanás las  aprovecha  para  tener  a  las  personas  atemorizadas y confundidas, hemos de intervenir. Igual que David, hemos de cortar la influencia del maligno.

Cuando observes la actividad desenfrenada  del adversario, secuestrando y oprimiendo a las naciones, no te quedes callado; aniquila su influencia por medio de tus oraciones y de tus confesiones de fe. La Biblia dice:  “la palabra del rey es con potestad”  (Eclesiastés 8:4); y nosotros somos reyes y sacerdotes para Dios (Apocalipsis 1:6).

Así pues, incluso ahora mismo, usa la autoridad que nos concede el nombre de Jesús, y corta la influencia de los principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este mundo y huestes espirituales de maldad en lugares celestiales.

Expúlsalos de tu hogar, de tus escuelas, de tu gobierno y de todo lugar público.

*Oracion para la Acción*
Padre precioso, te doy gracias por la autoridad del nombre de Jesús, con el cual prevalecemos sobre satanás  y  sus  aliados.  
Con  esta  autoridad,  yo  corto la influencia de todo principado, de toda potestad, de los gobernadores de las tinieblas de este mundo y de las huestes espirituales de maldad en lugares celestiales, sobre todo sector, institución y ámbito de gobierno en mi nación, y mi hogar en el nombre de Jesús. Amén.