MIS PALABRAS ME DEFINEN



“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado “(Mateo 12:37).

Qué tipo de palabras proceden de ti, y de dónde las obtienes? ¿Por qué dices lo que dices? Estas preguntas son importantes debido a que *tus palabras te definen y ponen de manifiesto tu carácter.*

Si las palabras de una persona son agresivas y dañinas, así es esa persona. Pero si tus palabras están llenas de gracia, amabilidad, ánimo y compasión, ese es el carácter de tu personalidad. Tus palabras reflejan tu carácter.

Jesús dijo en Mateo 12:35: “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas”. Como hijo de Dios, y en virtud de tu naturaleza divina, tienes un buen tesoro dentro de ti. En tu espíritu hay excelencia; por lo que, cuando hables, debes hacerlo de la abundancia de lo que hay en ti.

Jesús también dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38). La presencia del Espíritu Santo en tu vida significa que estás capacitado para hacer fluir ríos de agua viva en forma de palabras - ¡palabras divinas!

En Santiago 3:11, la Biblia dice que de una misma fuente no manan aguas dulces y amargas. Lo que tú llevas es agua fresca de la fuente de Dios que hay en ti. Y esa agua no está mezclada con agua amarga. Dentro de ti solo hay bondad y bendición, que se manifiestan cada vez que hablas.

A través de tus palabras debes hacer fluir a tu entorno ríos abundantes de buenas cosas. Comunica armonía, sanidad y vida a los demás.

Comunica esperanza, fortaleza y ánimo. Y dirige victoriosamente el curso de tu vida, de gloria en gloria, a través de la declaración de palabras íntegras y llenas de fe.