RECREADOS
“Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo” 2 Corintios 5:21
Cuando un hombre recibe a Cristo, recibe una nueva vida. Entonces se convierte en una persona que no existía antes; se convierte en una nueva criatura en Cristo.
Cuando naciste de nuevo, no se produjo un simple cambio de actitud en tu vida; sino la completa sustitución de la vida y naturaleza de pecado por la vida de justicia.
El verdadero cristianismo no es la adición de otra naturaleza, sino la auténtica recreación del espíritu humano por parte de Dios. A través del nuevo nacimiento naces y vives para Dios.
Por ello, es completamente natural para ti el vivir rectamente dando cumplimiento a la voluntad del Padre.
Nadie puede vivir una vida de rectitud entretanto que no haya sido hecho justo por parte de Dios.
La justicia de Dios en tu espíritu es lo que te da la capacidad de vivir rectamente. Así pues, lo que sucede en el cristianismo es que Dios primero te hace justo; y así, en consecuencia, espera que a partir de entonces vivas rectamente.
La Biblia dice que Jesús murió a causa de nuestras ofensas, pero que resucitó para nuestra justificación (Romanos 4:25).
Ser justificado significa ser declarado justo. ¡Bendito sea Dios!