MÁS ORACIÓN, MÁS PODER



“Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando.” (Romanos 12:12).

El Espíritu de Dios nos muestra en esta escritura algo que necesitamos para vivir una vida victoriosa en Cristo.

Nos dice que, aunque haya pruebas a nuestro alrededor, hemos de ser constantes en la oración. Hay quienes piensan que la oración consiste en contarle a Dios todos tus problemas, poniendo la esperanza en que Él hará algo para resolverlos.

Pero ésta es una percepción errónea sobre la oración. El propósito primordial de la oración es tener comunión con el Padre, y esa comunión nos ayuda a hacer que nuestro amor por Él crezca y sea mas fuerte.

Así pues, la oración es una comunión que fortalece tu relación con tu Padre celestial. Y esto quiere decir que, para que tu amor por Él crezca y se fortalezca.

Hay personas que solo oran cuando necesitan algo; pero el tiempo de oración es primordialmente para tener comunión con Él, y dar gracias anticipadas por lo que tenemos y por lo que El hará.

Es un tiempo para escuchar lo que el Espíritu tiene que decirnos; y así recibir dirección e instrucciones de parte de Él, que nos conceden ventaja en la vida diaria.

La Biblia dice a propósito de Jesús que “levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).

Jesús se tomó la oración muy en serio mientras estaba aquí en la tierra, pues comprendía la importancia de su comunión con el Padre.

En el momento en el que comienzas a relacionarte con el Señor así en oración, tu vida se enriquecerá y se hará mucho más productiva en todo.

Necesitas esa continua comunión y fluir del Espíritu para vivir una vida fructífera; pues, de lo contrario, lo que hagas no causará un verdadero impacto espiritual.

Aprende a tener comunión más frecuentemente con el Señor, y verás cómo tu vida crece y es prosperada significativamente. Recuerda; más oración, más poder!