SUPERIOR A LAS ENFERMEDADES



“Estas señales milagrosas acompañarán *a los que creen*: expulsarán demonios en mi nombre y hablarán nuevos idiomas. Podrán tomar serpientes en las manos sin que nada les pase y, si beben algo venenoso, no les hará daño. Pondrán sus manos sobre los enfermos, y ellos sanarán».”(Marcos 16:17-18)

La anterior escritura es extraordinaria, y revela algo llamativo sobre ti como cristiano - como nueva criatura en Cristo: eres superior a las enfermedades y a toda dolencia. Pero lo tienes que creer.

El gran problema de la iglesia radica en que pueden adorar, y saberse varios versículos de memoria pero siguen actuando en temor, porque no han creído.

El Apostol Juan habla así de Jesús: “..pero a todos los que *creyeron en él y lo recibieron*, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.”(Juan 1:12)

Ahora comienza a creer que tienes una vida que no puede ser infectada por ningún agente patógeno.

Esto aplica a todo virus, bacteria, enfermedad que pretenda estar en tu cuerpo; simplemente no tienen autoridad sobre ti. A menos que tú se la des mediante tu temor.Jesús dijo en Lucas 10:19: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”.

Esto o es verdadero o es falso; pero ¡gracias a Dios que es verdadero! ¡Es Su Promesa!

Vive con la convicción de que eres participante de la naturaleza divina. *No te unas a aquellos que se dejan asustar e inquietar por el contagio de enfermedades infecciosas.*

La vida que hay en ti es divina, y no depende de la sangre, sino del Espíritu de Dios que mora en ti: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales por su Espíritu que mora en ustedes” (Romanos 8:11).

El versículo anterior no es una promesa, sino una realidad en tiempo presente, en virtud del ministerio del Espíritu Santo que vive en ti: Él es la vida de tu cuerpo físico. Quizás estés leyendo esto y te haya sido diagnosticada una enfermedad incurable.

Lo que has de hacer es declarar esta Palabra hasta que la
vida divina en ti venza toda oposición. Repite una y otra vez, con fe en tu corazón: “El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de los muertos vive en mí, y Él vivifica mi cuerpo físico. Yo tengo la vida de Dios en mí, y esa vida destruye toda enfermedad y dolencia.

*¡Yo disfruto de salud divina y me niego a enfermar!.*

Los cristianos somos personas que hemos pasado de muerte a vida. Somos ciudadanos del reino de Dios donde no hay enfermedad.

Por eso, la Biblia dice: “Mas ustedes son linaje escogido…”
(1 Pedro 2:9).

La palabra ‘linaje’ es equivalente a ‘raza’. Eres de una raza especial, superior al diablo, a todas las enfermedades y dolencias, y a todo lo que procede del maligno.

*Hazte cargo de tu vida desde el plano espiritual*, y vence al mundo y a todo lo que hay en tu entorno.

Ahora mismo, declara que vives victoriosamente por medio de la Palabra y del Espíritu, con potestad sobre toda enfermedad, dolencia y muerte. ¡Aleluya!

*Declara está Oración*
Jesús hoy confieso con mi boca y creo en mi corazón que tú resucitaste de entre los muertos para darme vida y salud eternas, por ello te hago Señor de mi vida.
Gracias Padre celestial, por tu vida divina en mí, y por el poder de tu Palabra y del Espíritu Santo, que me conceden victoria sobre toda enfermedad y dolencia, en el nombre de Jesús. Amén.