SOY FRUCTÍFERO Y TRASCIENDO



»Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Él corta de mí toda rama que no produce fruto y poda las ramas que sí dan fruto, para que den aún más. (Juan 15: 1-2).

El Espíritu ha sido derramado sobre nosotros desde lo alto. Ahora, Él vive en nosotros. No necesitas desgastarte para ser fructífero o productivo.

Tu vida, tu negocio, o tu hogar pueden estar pasando por un tiempo de sequedad; tal vez tus finanzas están en crisis; lo que necesitas es una nueva forma de pensar.

Comienza a pensar eres parte de la vid verdadera, y por lo tanto el fruto que es la uva nace de forma natural y sin ningún esfuerzo, no es necesario que te afanes, preocupes ó te desgastes.

Solo ocúpate en lo que Jesús afirmó ; “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!”

Tu enfoque es en la comunión con El, y en hacer tuyas sus palabras,
sus promesas. El te dará las estrategias y Su favor para que lo que hagas fructifique.

La voluntad de Dios es que te vaya bien, porque El es el viñador que prepara las circunstancias para que todo obre para bien.

Incluso podrías decir: "Pero mi vida ya es muy fructífera; no hay sequedad, todo funciona bien "; hay una mayor gloria: ¡tu campo fructífero puede convertirse en un bosque! Puede ser más productivo en lo espiritual, material, financiero, académico, etc. Puedes alcanzar y ganar a más personas con el Evangelio.

Esa es la vida que Dios quiere que tengas, como dijo Jesús : "En esto es glorificado mi Padre, que lleves mucho fruto; así serán mis discípulos "(Juan 15: 8). Nuestras vidas fructíferas y productivas glorifican a Dios. Es una de las evidencias de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Él trae esa gracia que impacta tu vida y hace que las cosas crezcan, aumenten y se expandan. ¡Se Productivo!

*Oración para la Acción*
Querido Padre, me regocijo por la presencia de tu Espíritu en mi vida, y la gracia que hace que el desierto sea un campo fructífero, y el campo fructífero se convierta en un bosque. Soy persistentemente productivo en cada área de mi vida: en mi trabajo, en mis finanzas, en mis estudios académicos y en el Evangelio. Siempre orgulloso de ti, complaciéndote en todas las cosas, produciendo frutos y obras de justicia, para que mi Padre que está en los cielos sea glorificado.