MI FE SE FUNDAMENTA EN SU PALABRA



“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

La fe es la convicción de lo que no se ve. Es la certeza de esas realidades invisibles. ¡Es gozo anticipado!

A través de la fe nos relacionamos con lo invisible; y el único motivo por el cual sabes que eso con lo que te relacionas es real, es porque la Palabra de Dios así lo afirma.

Así pues, tú fe se fundamenta en lo que Dios ha dicho; y tu fe viene cuando Dios habla.

Por ejemplo, el motivo por el cual creemos que Dios responde cuando oramos no es por una suposición nuestra, sino que es la conclusión de lo que dice Dios en su Palabra. 1 Juan 5:14 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”.

Su Palabra es el fundamento y la seguridad de nuestra fe. La Palabra de Dios es inmutable e irrefutable. La Palabra es infalible, perfecta, íntegra y cierta por siempre.

Cuando Dios le dijo a Abraham: “Te he puesto por padre de muchos”; no importó que Abraham y su mujer fuesen demasiado ancianos para tener hijos. El vientre de Sara no podía ya concebir; y Abraham era de muy avanzada edad.

Sin embargo, la fe de Abraham se fundamentó en la infalibilidad de la Palabra de Dios. La Biblia dice: “Y (Abraham) no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios” (Romanos 4:19-20).

La Palabra de Dios nunca regresa vacía. Así pues, sigue respondiendo por fe a lo que Dios ha dicho, sean cuales sean las circunstancias.

No te dejes intimidar, ni te rindas; más bien, insiste en los derechos, privilegios, herencia y bendiciones que tienes en Cristo, tal como declara la Palabra.

Ahora mismo, afirma confiadamente: “Yo disfruto de salud divina; yo tengo abundancia económica; yo soy un éxito, un vencedor y un rey en esta vida. ¡Todo me pertenece !”

Hebreos 13:5-6 dice: “porque él dijo... de manera que podemos decir confiadamente.” La Palabra de Dios es el fundamento de nuestras proclamaciones de fe.

*ORACIÓN PARA LA ACCIÓN*
Mi fe está viva, activa y prevalece. Todas las circunstancias se alinean con mis proclamaciones de fe. Por la fe, yo gobierno con autoridad.

Mediante mi Fe arrebató las realidades eternas del Reino, y vivo en la abundancia de las bendiciones del Evangelio de Cristo.

Mi vida es para la gloria de Dios, en el nombre de Jesús. Amén.