EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO EN ESTE TIEMPO



“..Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes..” Hechos 1:8

Estas fueron las últimas palabras de Jesús antes de ascender a los cielos.

Él sabía que íbamos a pasar por tiempos difíciles y que Dios nos comisionaría a grandes retos. Por ello la importancia de tener el poder y la dirección del Espíritu Santo en mi vida.

El Espíritu Santo es el agente activo de la Divinidad. Él es el ejecutor del poder de Dios.

Él lleva a cabo los actos de Dios. El hombre fue creado y formado por el Espíritu Santo. Todo lo que Dios hace más allá de su trono, lo realiza por el Espíritu Santo. Nada funciona sin el Espíritu Santo.

Si Él va contigo todo lo que hagas llevará el sello de productividad, así como fue la multiplicación de los panes y peces.  

La Biblia dice: “Porque Dios es el que en ustedes produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13); y con ello se está refiriendo al Espíritu Santo.

Nadie puede hacer cruzar huracanes y hacer la obra de Dios sin el Espíritu Santo. El profeta Zacarías lo sabía muy bien y afirmó ;“...No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu - dice el Señor”.

Ni siquiera Jesús podía hacer aquellas grandes obras sin el Espíritu Santo. Todas las grandes obras que realizó fueron hechos por el poder del Espíritu Santo. Leamos lo que dijo Jesús en el versículo de inicio: “...el Padre que mora en mí, él hace las obras”.

Si Jesús necesitó del ministerio del Espíritu Santo, entonces eso significa que tú nada puedes hacer sin Él. No es de extrañar, Dios quiere que estemos siempre llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18). El Espíritu Santo es Dios en y con nosotros.

Él edifica su Iglesia a través de nosotros. Reconócele como tu gran ayudador, y vive siempre con su competencia y su fuerza.

Sin importar que estemos en medio de tiempos turbulentos, haz todo a un lado, pasa tiempo con el Espíritu Santo y saldrás fortalecido y competente, mediante la unción de un nuevo  favor y gracia para todo lo que hagas y emprendas.