SU PROPÓSITO.....TU PROPÓSITO
“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Juan 3:16
En las escrituras observamos con claridad que la mayor pasión de Dios es que la humanidad no se pierda sino reciban la vida eterna y vengan a la comunión con Él. Ese es el motivo por el cual Jesús vino al mundo.
Él vino a hacer de los hombres y mujeres hijos e hijas de Dios. Así pues, es importante que tu prioridad en la vida sea conforme al propósito por el cual vino Jesús. Sigue promoviendo la causa del Evangelio; esa causa por la cual Jesús vivió, murió y resucitó.
El cielo reconoce y celebra a quienes tiene por prioritario en sus vidas el ganar almas; aquellos que asumen el propósito de Dios como suyo propio. No hay nada que podamos hacer en este mundo que tenga verdadero significado o valor en el cielo más que aquello que está relacionado con la causa del evangelio – la salvación de almas.
En este tiempo donde hay más sensibilidad, seguro encontraras personas que Dios ha puesto en tu camino para que les ayudes a fortalecerse en la fe. Otros para que les enseñes a orar, o para que les guíes a descubrir y disfrutar su herencia en Cristo.
Esa es parte de tu responsabilidad en el evangelio de Cristo; pues recibiste la salvación para salvar y edificar al prójimo. Te ha sido encomendada la tarea de la reconciliación: “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Corintios 5:19).
Imagínate a cuántas personas más podríamos alcanzar si todos asumiéramos la responsabilidad de ganar almas con nuestros mayores y mejores potenciales. Tómatelo en serio.
Cuéntate entre quienes fortalecen a otros santos para la obra del ministerio, y les ayudan a edificar su fe para que sean más eficaces en la obra de Dios. No vivas tu vida para una causa terrenal que no tiene valor eterno. En tu vida, dale prioridad a la obra de Dios.
*¡Este es el tiempo! Comparte en esta Semana Santa de aquel que dio Su vida por ti y haz que Su propósito sea tu propósito; y experimentarás un gozo y una plenitud eternas.*