SIEMBRA PERDÓN



“Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.” Hebreos 12:15 NTV

El que cada ser humano sea tan diferente trae grandes ventajas y Jesús nos comparó con los miembros de un cuerpo donde sus diferencias lo hacen funcional.

Sin embargo es inevitable que haya veces que estas diferencias nos lleven a tener roces, y está bien, hasta que estos roces crecen y pasan al terreno del odio convirtiéndose en raíces de amargura como lo describe Pablo.

Jesús resumió que Mi falta de perdón me pone en la misma categoría del pecado que desprecio. En ese momento, me vuelvo más como la persona con la que tengo un juicio en su contra.

Sin embargo con el perdón yo cedo mi derecho a condenar, mostrándole a la otra persona la misma misericordia que quiero que Dios me muestre. Perdonar a los demás es una inversión en mi propio futuro, pues los misericordiosos obtendrán misericordia (Mateo 5:7).

El amor perdona porque el amor invierte en la libertad de las personas, con frecuencia antes de que la quieran o incluso sepan que la necesitan o que es posible. Es una inversión debido a la probabilidad de una ganancia, las personas son liberadas.

La raíz de amargura va carcomiendo tu libertad poco a poco, te ata a una condición miserable, y llega también a dañar personas inocentes en tu entorno. Por ello decide invertir en perdonar y la primera cosecha será tu libertad, y un gozo continuo

*Oracion para la Acción*
_Amado Padre celestial, gracias por perdonarme. Sé que no hay nada que yo pueda hacer para ganarme un regalo tan invaluable de Ti. Ayúdame permanecer libre de la amargura al ser rápido para perdonar._
_Ayúdame a nunca olvidar lo privilegiado que soy de extenderle a los demás el regalo que Tú me has dado, para que Tú puedas ser glorificado._

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