DIOS RECOMPENSA TU FE
“Si la promesa de Dios es solo para los que obedecen la ley, entonces la fe no hace falta y la promesa no tiene sentido.” (Romanos 4:14).
Se podría pensar que si ‘vivo rectamente’, debería de disfrutar las bendiciones de Dios. Sí, es cierto que, en virtud de nuestra justicia, debemos vivir una vida de gloria. Pero, pensar que por tus buenas obras Dios está obligado a ‘bendecirte’, es confiar en las obras; y la Biblia dice: “no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho...” (Tito 3:5).
En primer lugar, debes entender que, como hijo de Dios, el Señor ya te ha bendecido con TODAS las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3).
Y Dios no te ha bendecido a causa de tus obras; de hecho, Él te bendijo ya antes de que le conocieras. Tus ‘buenas obras’, por así decirlo, no van a hacer que Dios te bendiga más de lo que ya te ha bendecido.
Por ejemplo, hay quienes piensan que Dios los escuchará - o que debería escucharlos, porque han orado durante varias horas. Pero las cosas no son así. Por supuesto que es vital orar. La oración y muchas otras actividades espirituales son muy recomendables para todos los cristianos.
Pero no procures obtener la aprobación de Dios haciendo tales cosas. Dios recompensa tu fe, no las obras. Claro que tus obras, si se hacen por fe, le agradarán. Realmente, no hay nada que puedas desear que no sea ya tuyo en Cristo. Todo lo que Él posee te pertenece.
Por lo tanto, tu fe debe apoyarse en lo que Cristo vino a hacer. Eso es lo que debe sentar la base de tus creencias y confesiones. Eso debe fundamentar tu confianza en Él. La razón por la cual tienes salud divina, prosperidad divina y una vida de abundancia sobrenatural, es porque Cristo las ha hecho tuyas. Céntrate en lo Él que ha consumado.
Cuando confiesas salud, prosperidad, victoria y todas las bendiciones del Evangelio que son tuyas en Cristo, hazlo con tal entendimiento. Comprende quién eres y todo lo que Dios ha puesto a tu disposición en Cristo.
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