EL BUEN ANFITRIÓN: SENSIBLE A LA NECESIDAD



“Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron". (Mateo 25:35-36)

Jesús está muy atento a nuestra actitud ante las necesidades del prójimo, al grado que así como El mismo se hizo pecado llevando nuestros pecados en la cruz, así también Su mensaje al día de hoy es muy claro; “cada vez que miras un necesitado me ves a mi”.

Tu salvación fue por gracia y nada te costo, porque el precio lo pago Jesús, El se interesó en ti. La pregunta es si tú te interesas en El cuando vez al enfermo, al hambriento, al preso y por sobre todo al que no ha conocido de Jesús.

No tenemos excusa, mientras vivamos en este mundo tendremos infinitas oportunidades de tocar otras vidas atraves de un genuino interés hacia el prójimo.

Diariamente decide bendecir, decide dar generosamente, decide que tus acciones y testimonios hablen por ti, decide llevar un lenguaje de aliento y esperanza, decide poner al prójimo primero.

Y cuando Jesús te llame a su presencia te dirá, tuve hambre y me diste de comer, estuve desnudo y me diste ropa, estuve de visita y me hospedaste, estuve enfermo, me cuidaste. Entonces te mirara y dirá: “¡Bien buen siervo y fiel, entra al gozo de tu Señor!”

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