¡ TENGO VIDA ETERNA !
“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida…” (1Juan 5:11-12).
Dios nos ha dado la vida eterna. Muchas piensan que la vida eterna es una promesa de Dios, pero no es así. La vida eterna es tu posesión en Cristo en tiempo presente. ¡Tienes la vida eterna AHORA!
Cuando naciste de nuevo, recibiste la vida y la naturaleza de Dios en tu espíritu. Tal cosa sucedió en el mismo instante en el que naciste de nuevo. Y la vida eterna, que es la vida y la naturaleza de Dios, ha de tener un efecto tangible en tu cuerpo físico.
Eso es lo que dice la Biblia: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales…” (Romanos 8:11). Este versículo se hizo realidad en el momento en el que Cristo vino a morar en tu vida.
En consecuencia, tu cuerpo mortal fue vivificado. ¡Qué necesario es que la Iglesia comprenda esta realidad!. Juan escribe en 1 Juan 5:13: “Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna…”. La vida eterna está en Jesucristo. Esa es la vida que Él le concede a todo el que cree en él.
La vida eterna no está sujeta a las enfermedades, tu cuerpo físico es templo viviente de Dios. ¿Que significa esto? La Palabra declara: si Cristo vive en ti, aunque tu cuerpo esté afligido a causa del pecado, el Espíritu lo vivifica, a causa de la justicia (Romanos 8:10). Declara esto: ¡Cristo en mi, es esperanza de gloria!. (Colosenses 1:27)
ACTIVACIÓN
¡Cristo vive en mí! Por su divino poder me ha sido concedido todo lo que requiero para vivir una vida plena y para cumplir mi propósito divino. En Cristo nací de nuevo y estoy lleno de su favor y gracia. ¡Aleluya!
Dios nos ha dado la vida eterna. Muchas piensan que la vida eterna es una promesa de Dios, pero no es así. La vida eterna es tu posesión en Cristo en tiempo presente. ¡Tienes la vida eterna AHORA!
Cuando naciste de nuevo, recibiste la vida y la naturaleza de Dios en tu espíritu. Tal cosa sucedió en el mismo instante en el que naciste de nuevo. Y la vida eterna, que es la vida y la naturaleza de Dios, ha de tener un efecto tangible en tu cuerpo físico.
Eso es lo que dice la Biblia: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales…” (Romanos 8:11). Este versículo se hizo realidad en el momento en el que Cristo vino a morar en tu vida.
En consecuencia, tu cuerpo mortal fue vivificado. ¡Qué necesario es que la Iglesia comprenda esta realidad!. Juan escribe en 1 Juan 5:13: “Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna…”. La vida eterna está en Jesucristo. Esa es la vida que Él le concede a todo el que cree en él.
La vida eterna no está sujeta a las enfermedades, tu cuerpo físico es templo viviente de Dios. ¿Que significa esto? La Palabra declara: si Cristo vive en ti, aunque tu cuerpo esté afligido a causa del pecado, el Espíritu lo vivifica, a causa de la justicia (Romanos 8:10). Declara esto: ¡Cristo en mi, es esperanza de gloria!. (Colosenses 1:27)
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¡Cristo vive en mí! Por su divino poder me ha sido concedido todo lo que requiero para vivir una vida plena y para cumplir mi propósito divino. En Cristo nací de nuevo y estoy lleno de su favor y gracia. ¡Aleluya!
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