GOZO ANTICIPADO
Muchos de nosotros hemos luchado por darle sentido a una crisis o tragedia. Si bien se buscan con frecuencia las respuestas, estas rara vez ayudan, al menos no de inmediato.
Mientras nos esforzamos por ofrecer consuelo, la única respuesta real es la paz que sobrepasa todo entendimiento.
En general, tenemos que renunciar a nuestro derecho a entender, con el fin de obtener ese tipo de paz. Para ponerlo en la práctica, debemos siempre llevarlo al amor de Dios, esto nos lleva a No juzgar ni condenar, y a que demostramos una confianza inquebrantable de la bondad de Dios.
Las personas que han sufrido grandes pérdidas podrían cuestionar todo lo que creemos y defendemos.
Pero bajo el amor y La Paz de Dios, nos mantenemos fieles a la naturaleza revelada de la bondad de Dios, a la vez que asumimos un rol que trae consuelo y paz a los que están en crisis.
Algunas veces cuando preguntamos a personas enfermas si podemos orar por ellas para que sean sanadas algunos nos responden: “¿Y qué si no recibo la sanidad?”. Nuestra respuesta es: “¿Y qué si sí la recibes?”.
Ese simple cambio de enfoque ayuda a estas personas a volver a tener esperanza. En unos instantes, Dios hace grandes milagros y ellos lo agradecen!
La esperanza es el comienzo de la vida de los milagros, porque anticipa con alegría a nuestro perfecto Padre celestial para demostrar quién es Él en nosotros, para nosotros y a través de nosotros.
Mientras nos esforzamos por ofrecer consuelo, la única respuesta real es la paz que sobrepasa todo entendimiento.
En general, tenemos que renunciar a nuestro derecho a entender, con el fin de obtener ese tipo de paz. Para ponerlo en la práctica, debemos siempre llevarlo al amor de Dios, esto nos lleva a No juzgar ni condenar, y a que demostramos una confianza inquebrantable de la bondad de Dios.
Las personas que han sufrido grandes pérdidas podrían cuestionar todo lo que creemos y defendemos.
Pero bajo el amor y La Paz de Dios, nos mantenemos fieles a la naturaleza revelada de la bondad de Dios, a la vez que asumimos un rol que trae consuelo y paz a los que están en crisis.
Algunas veces cuando preguntamos a personas enfermas si podemos orar por ellas para que sean sanadas algunos nos responden: “¿Y qué si no recibo la sanidad?”. Nuestra respuesta es: “¿Y qué si sí la recibes?”.
Ese simple cambio de enfoque ayuda a estas personas a volver a tener esperanza. En unos instantes, Dios hace grandes milagros y ellos lo agradecen!
La esperanza es el comienzo de la vida de los milagros, porque anticipa con alegría a nuestro perfecto Padre celestial para demostrar quién es Él en nosotros, para nosotros y a través de nosotros.
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