SOY UNA NUEVA PERSONA
“..vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad.” (Efesios 4:24)
En Efesios 5:1 se nos manda que seamos
imitadores de Dios, como hijos suyos amados.
Esto es posible porque tenemos su vida y su naturaleza
en nosotros. Por eso podemos hablar como Él, amar
como Él, y vivir una vida de completa potestad en
la tierra igual que Jesús; pues como Él es, así somos
nosotros en este mundo (1 Juan 4:17).
Al nacer de nuevo, lo haces conforme al segundo
Adán, Jesucristo; y eres recreado a imagen de Dios,
en verdadera justicia y santidad. 2 Corintios 5:17 dice:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas”. Esta nueva criatura nace de nuevo conforme
a la imagen de Dios (Colosenses 3:10).
Así pues, eres una nueva persona, con la naturaleza de Dios. Ese es el motivo por el cual puedes imitar a Cristo. Por mucho
que instruyas a un mono o a un chimpancé para que
actúe como un humano, jamás podrá ser humano;
pues no tiene la naturaleza humana. Para ser humano,
ha de nacer como tal.
Recuerda a los hijos de Esceva, que intentaron
imitar a Pablo echando fuera demonios, aunque no
habían nacido de nuevo. No tenían la vida de Cristo.
La Biblia dice: “Y el hombre en quien estaba el espíritu
malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más
que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa
desnudos y heridos” (Hechos 19:13-16).
Solamente quienes han nacido de nuevo y tienen
la naturaleza de Dios tienen el derecho y la autoridad
de echar fuera demonios en el nombre de Jesús.
Jesús hecho fuera demonios, y nos ha dado autoridad en su
nombre. Así dijo en Juan 14:12: “De cierto, de cierto
os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aun mayores hará…”.
También hemos de emularle en nuestra vida de
amor. Efesios 5:2 dice: “Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo
por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante”. Expresa siempre amor a las personas de tu entorno,
creas o no creas que lo merecen.
En Efesios 5:1 se nos manda que seamos
imitadores de Dios, como hijos suyos amados.
Esto es posible porque tenemos su vida y su naturaleza
en nosotros. Por eso podemos hablar como Él, amar
como Él, y vivir una vida de completa potestad en
la tierra igual que Jesús; pues como Él es, así somos
nosotros en este mundo (1 Juan 4:17).
Al nacer de nuevo, lo haces conforme al segundo
Adán, Jesucristo; y eres recreado a imagen de Dios,
en verdadera justicia y santidad. 2 Corintios 5:17 dice:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas”. Esta nueva criatura nace de nuevo conforme
a la imagen de Dios (Colosenses 3:10).
Así pues, eres una nueva persona, con la naturaleza de Dios. Ese es el motivo por el cual puedes imitar a Cristo. Por mucho
que instruyas a un mono o a un chimpancé para que
actúe como un humano, jamás podrá ser humano;
pues no tiene la naturaleza humana. Para ser humano,
ha de nacer como tal.
Recuerda a los hijos de Esceva, que intentaron
imitar a Pablo echando fuera demonios, aunque no
habían nacido de nuevo. No tenían la vida de Cristo.
La Biblia dice: “Y el hombre en quien estaba el espíritu
malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más
que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa
desnudos y heridos” (Hechos 19:13-16).
Solamente quienes han nacido de nuevo y tienen
la naturaleza de Dios tienen el derecho y la autoridad
de echar fuera demonios en el nombre de Jesús.
Jesús hecho fuera demonios, y nos ha dado autoridad en su
nombre. Así dijo en Juan 14:12: “De cierto, de cierto
os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aun mayores hará…”.
También hemos de emularle en nuestra vida de
amor. Efesios 5:2 dice: “Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo
por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor
fragante”. Expresa siempre amor a las personas de tu entorno,
creas o no creas que lo merecen.
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