LO CONCIBO, LO PIDO Y LO RECIBO
“Por la fe comprendemos que el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
(Hebreos 11:3)
Esto significa que puedes usar tu imaginación, cerrando tus ojos, para concebir cosas gloriosas y maravillosas. Ejercítate en ello. Tú poder imaginativo es tu potencial creativo.
Una y otra vez, cierra tus ojos y medita. Imagina buenas cosas. Concibe posibilidades conforme a la Palabra de Dios, y comienza a declararlas.
Utiliza este principio para crear una vida preciosa para ti, y para quienes te rodean. Ésta es una de las muchas razones y beneficios de la oración; pues, cuando oras, recibes visiones del Espíritu. Cuando recibas esas visiones, escríbelas; y, con tus proclamaciones de fe, haz que se cumplan.
Cuanta libertad y amor hay en nuestro Padre que está en los cielos que nos dice que “todo aquel que pide recibe”, y está es una promesa dada a los hijos e hijas, aquellos que se apasionan por agradar al Padre.
Todas las buenas cosas que deseas en la vida ya están en tu interior. Has de verlas y hacerlas realidad con tus palabras.
Todas esas cosas ya existen en el plano del Espíritu; pero, con tus palabras, las haces tangibles.
(Hebreos 11:3)
Esto significa que puedes usar tu imaginación, cerrando tus ojos, para concebir cosas gloriosas y maravillosas. Ejercítate en ello. Tú poder imaginativo es tu potencial creativo.
Una y otra vez, cierra tus ojos y medita. Imagina buenas cosas. Concibe posibilidades conforme a la Palabra de Dios, y comienza a declararlas.
Utiliza este principio para crear una vida preciosa para ti, y para quienes te rodean. Ésta es una de las muchas razones y beneficios de la oración; pues, cuando oras, recibes visiones del Espíritu. Cuando recibas esas visiones, escríbelas; y, con tus proclamaciones de fe, haz que se cumplan.
Cuanta libertad y amor hay en nuestro Padre que está en los cielos que nos dice que “todo aquel que pide recibe”, y está es una promesa dada a los hijos e hijas, aquellos que se apasionan por agradar al Padre.
Todas las buenas cosas que deseas en la vida ya están en tu interior. Has de verlas y hacerlas realidad con tus palabras.
Todas esas cosas ya existen en el plano del Espíritu; pero, con tus palabras, las haces tangibles.
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