RESCATISTAS CELESTIALES
“Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.” (Juan 8:36)
Cuando una persona que ha sido secuestrada y es rescatada de sus captores, es una gran noticia y hay gran júbilo y celebración. ¿Te imaginas personas que han estado cautivas espiritualmente toda su vida, y un día son rescatados?
Considera por un momento las bendiciones que el Evangelio le trae a los pobres y a los abandonados, a los afligidos, a los enfermos y a los oprimidos. ¡Qué promesa tiene para ellos!
Pensar que una persona que no tiene nada, si recibe a Cristo, se convierte en príncipe de poder con Dios y embajador de Su reino (1 Samuel 2:8).
Jesús no vino por los justos sino a por los pecadores. Él vino a salvar a los pecadores, y a hacer de ellos hijos de Dios. Y nosotros somos ahora los portadores de esa buena noticia. El mundo de hoy está lleno de desesperanza. Pero en Cristo hay esperanza. Y cuando ministramos este mensaje, no estamos dándole a la gente una falsa esperanza. ¡No!
Cuando llevas el mensaje del evangelio nunca vas sólo, Cristo y Su reino van contigo.La Biblia dice: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén” (Marcos 16:20).
Hay videos donde vemos personas rescatando aves que han caído de sus nidos, mascotas que han caído a pozos profundos y la compasión mueve sus corazones hacerlo.
¡Cuanto mas si nosotros fuimos equipados como “rescatistas divinos”, y podemos llevar el mensaje del Evangelio en cada oportunidad que se te presente para que ninguna persona se vaya a la eternidad sin Cristo. Este es el verdadero amor que Jesús nos enseñó, ¡que ninguno se pierda !
Cuando una persona que ha sido secuestrada y es rescatada de sus captores, es una gran noticia y hay gran júbilo y celebración. ¿Te imaginas personas que han estado cautivas espiritualmente toda su vida, y un día son rescatados?
Considera por un momento las bendiciones que el Evangelio le trae a los pobres y a los abandonados, a los afligidos, a los enfermos y a los oprimidos. ¡Qué promesa tiene para ellos!
Pensar que una persona que no tiene nada, si recibe a Cristo, se convierte en príncipe de poder con Dios y embajador de Su reino (1 Samuel 2:8).
Jesús no vino por los justos sino a por los pecadores. Él vino a salvar a los pecadores, y a hacer de ellos hijos de Dios. Y nosotros somos ahora los portadores de esa buena noticia. El mundo de hoy está lleno de desesperanza. Pero en Cristo hay esperanza. Y cuando ministramos este mensaje, no estamos dándole a la gente una falsa esperanza. ¡No!
Cuando llevas el mensaje del evangelio nunca vas sólo, Cristo y Su reino van contigo.La Biblia dice: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén” (Marcos 16:20).
Hay videos donde vemos personas rescatando aves que han caído de sus nidos, mascotas que han caído a pozos profundos y la compasión mueve sus corazones hacerlo.
¡Cuanto mas si nosotros fuimos equipados como “rescatistas divinos”, y podemos llevar el mensaje del Evangelio en cada oportunidad que se te presente para que ninguna persona se vaya a la eternidad sin Cristo. Este es el verdadero amor que Jesús nos enseñó, ¡que ninguno se pierda !
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