UNA HERENCIA REAL
“... ¡Grande es el Señor, quien se deleita en bendecir a su siervo con paz!.” (Salmos 35:27).
Todo cristiano tiene derecho a ser feliz, próspero, fuerte y sabio. En 3 Juan 1:2, el Apóstol Juan nos expone la voluntad del Espíritu de Dios, diciendo: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Verás, no tienes que suplicarle a Dios para que te prospere, porque ese es Su anhelo para ti.
Un hijo e hija de Dios no es una persona pobre que anhela ser enriquecida, sino una persona enriquecida que está descubriendo sus inagotables riquezas y su incalculable herencia en Cristo. La prosperidad en todas las áreas es tu herencia. Así lo ha dispuesto Dios, porque tú eres descendiente de Abraham.
La Biblia dice que Abraham fue bendecido en todas las cosas (Génesis 24:1). Igual que Abraham, tú has sido bendecido y enriquecido abundantemente en todas las cosas. Gálatas 3:29 dice: “Y si ustedes son de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”.
Eres un heredero de Dios y un heredero juntamente con Cristo. La herencia que Jesús nos deja es explicada por el apóstol Pablo en 1 Corintios 2:20 donde afirma que todo nos pertenece; el mundo, o la vida y la muerte, o el presente y el futuro. Es maravilloso saber que Cristo tenemos todo en Cristo y su heredad, la pregunta es si te atreves a pensar y vivir con este entendimiento.
Como nacidos de nuevo tenemos una bendición de productividad; todo lo que necesitas ya te ha sido otorgado en Cristo. 2 Pedro 1:3 dice: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”.
Este es tu llamamiento. El día que naciste de nuevo, aceptaste este llamamiento. Ese día te fue concedida una herencia de bendiciones, y fuiste hecho participante de la vida de prosperidad sobrenatural, éxito y victorias. ¡Que tu pensar, hablar y actuar sea conforme a tu herencia.!
Todo cristiano tiene derecho a ser feliz, próspero, fuerte y sabio. En 3 Juan 1:2, el Apóstol Juan nos expone la voluntad del Espíritu de Dios, diciendo: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Verás, no tienes que suplicarle a Dios para que te prospere, porque ese es Su anhelo para ti.
Un hijo e hija de Dios no es una persona pobre que anhela ser enriquecida, sino una persona enriquecida que está descubriendo sus inagotables riquezas y su incalculable herencia en Cristo. La prosperidad en todas las áreas es tu herencia. Así lo ha dispuesto Dios, porque tú eres descendiente de Abraham.
La Biblia dice que Abraham fue bendecido en todas las cosas (Génesis 24:1). Igual que Abraham, tú has sido bendecido y enriquecido abundantemente en todas las cosas. Gálatas 3:29 dice: “Y si ustedes son de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa”.
Eres un heredero de Dios y un heredero juntamente con Cristo. La herencia que Jesús nos deja es explicada por el apóstol Pablo en 1 Corintios 2:20 donde afirma que todo nos pertenece; el mundo, o la vida y la muerte, o el presente y el futuro. Es maravilloso saber que Cristo tenemos todo en Cristo y su heredad, la pregunta es si te atreves a pensar y vivir con este entendimiento.
Como nacidos de nuevo tenemos una bendición de productividad; todo lo que necesitas ya te ha sido otorgado en Cristo. 2 Pedro 1:3 dice: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”.
Este es tu llamamiento. El día que naciste de nuevo, aceptaste este llamamiento. Ese día te fue concedida una herencia de bendiciones, y fuiste hecho participante de la vida de prosperidad sobrenatural, éxito y victorias. ¡Que tu pensar, hablar y actuar sea conforme a tu herencia.!
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