HECHOS PARA VENCER
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal (Romanos 12:21).
El bien es más fuerte, grande y poderoso que el mal. El mal no tiene, ni jamás tendrá, potestad duradera sobre el bien.
Hay quienes afirman que el mundo es muy perverso, y que el nivel de odio es inimaginable. Sí, pero el amor es más grande y fuerte que el odio. Es como la luz y las tinieblas; las tinieblas no pueden, ni jamás podrán, apagar la luz. Cuando la luz resplandece, las tinieblas se disipan.
Lo que sucede es que demasiadas personas se empeñan en hablar mucho de las tinieblas, en lugar de “encender la luz”. La solución para las tinieblas es la luz. La solución para el odio es el amor. La solución para el mal es el bien.
Hemos de reorientarnos, y confiar más que nunca en el poder del bien sobre el mal. Cuanta más maldad perpetren las personas, sean quienes sean y estén dónde estén, más bien has de causar tú. Tu bondad hace de ti un líder.
Nadie es un héroe por hacer el mal. Cuando la gente toma las armas para intimidar y atacar al prójimo, es un testimonio de debilidad. La verdadera fortaleza y poder se manifiestan en el amor que manifiestas, y con el que bendices a los demás; y en la medida en la que eres capaz de edificar y fortalecer al prójimo. Permite que el amor de Dios domine tu vida.
Se ha dicho que el único ingrediente necesario para que prevalezca el mal es que la gente buena no haga nada. Destruye las obras de las tinieblas con tus buenas obras. Haz esto, aún en medio de esta generación maligna y perversa, se un transformador de atmósferas.
El bien es más fuerte, grande y poderoso que el mal. El mal no tiene, ni jamás tendrá, potestad duradera sobre el bien.
Hay quienes afirman que el mundo es muy perverso, y que el nivel de odio es inimaginable. Sí, pero el amor es más grande y fuerte que el odio. Es como la luz y las tinieblas; las tinieblas no pueden, ni jamás podrán, apagar la luz. Cuando la luz resplandece, las tinieblas se disipan.
Lo que sucede es que demasiadas personas se empeñan en hablar mucho de las tinieblas, en lugar de “encender la luz”. La solución para las tinieblas es la luz. La solución para el odio es el amor. La solución para el mal es el bien.
Hemos de reorientarnos, y confiar más que nunca en el poder del bien sobre el mal. Cuanta más maldad perpetren las personas, sean quienes sean y estén dónde estén, más bien has de causar tú. Tu bondad hace de ti un líder.
Nadie es un héroe por hacer el mal. Cuando la gente toma las armas para intimidar y atacar al prójimo, es un testimonio de debilidad. La verdadera fortaleza y poder se manifiestan en el amor que manifiestas, y con el que bendices a los demás; y en la medida en la que eres capaz de edificar y fortalecer al prójimo. Permite que el amor de Dios domine tu vida.
Se ha dicho que el único ingrediente necesario para que prevalezca el mal es que la gente buena no haga nada. Destruye las obras de las tinieblas con tus buenas obras. Haz esto, aún en medio de esta generación maligna y perversa, se un transformador de atmósferas.
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