EDUCANDO NUESTRO ESPÍRITU

“Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense  mediante la renovación de su mente…” (Romanos 12:2).

El mayor potencial de la naturaleza humana radica, no en nuestro ser exterior, sino en el  interior - en el espíritu humano. Por esta razón, la educación de tu espíritu es primordial.

La educación del mundo aspira a informar, refinar y desarrollar la mente humana, a través de los sentidos del ser exterior. Sin embargo, lo que verdaderamente imparte luz y sabiduría es la educación de nuestra naturaleza interior - el espíritu humano.

Esto solamente se puede realizar a través del estudiar y meditar en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios te ayuda a descubrir al verdadero tú y a mejorar la calidad de tu vida desde tu naturaleza interior.

Ahora bien, en los procesos instructivos hay práctica y ejercicio. Por lo tanto, en el proceso de renovación has de aprender a vivir, ver y relacionarte con el mundo desde tu espíritu; negándote a relacionarte con las cosas desde el plano meramente natural. Recuerda lo que también dice el versículo de inicio: “no se adapten a este mundo”.

Esto significa que no debes vivir, ni pensar, ni ver las cosas como lo hace la gente del mundo. Más bien, sé transformado y transportado a un plano superior por medio de la renovación de tu mente.

Una mente renovada siempre ve las cosas que no son como si ya fueran, también entiende que todo es posible en Cristo y que no hay nada que pueda traer condenación a nuestra vidas.

Una mente renovada siempre ve oportunidades sabiendo que todo absolutamente todo obra para nuestro bien.

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