TODO ME ES POSIBLE
…Conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno (Romanos 12:3).
La fe es el principio del caminar cristiano: “porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7). La Biblia muestra claramente que, sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Pero no hay cristiano que no tenga fe, ya que todos hemos recibido la misma medida de fe. Así lo dice el versículo de inicio.
Lo que necesitas es aumentar tu medida de fe. La Palabra nos revela cómo hacer que tu fe crezca y sea eficaz. En primer lugar, has de permanecer en la Palabra; pues la Palabra produce fe en tu espíritu: “la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17).
Cuanto más escuches la Palabra de Dios, más fe tendrás. Cuanto menos recibas de la Palabra de Dios en tu espíritu, menos fe podrás expresar cuando te enfrentes a los desafíos de la vida.
Tu fe también se edifica a medida que asistes regularmente a las reuniones de la iglesia, y tienes comunión con otros creyentes (Hebreos 10:25). En la iglesia, se te enseña la Palabra, y también disfrutas de la rica comunión del Espíritu que fortalece tu fe.
Pero también has de expresar tu fe. Santiago 1:22 dice: “Pero sean hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándose a vosotros mismos.” La fe fuerte y que prevalece se forma a través de la perseverante meditación y aplicación de la Palabra. Hacer la Palabra es expresar fe; y esa fe es la victoria que vence al mundo. La fe que no se expresa nunca podrá prevalecer.
La fe siempre debe ir acompañada de la acción correspondiente: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26). Expresa siempre tu fe en palabras y acciones.
No te lamentes, ni te quejes a Dios por su situación; ¡haz la Palabra! Usa tu fe. Jesús dijo que, si tienes fe como un grano de mostaza, puedes ordenarle a un monte que se mueva, y te obedecerá. La fe que tienes es suficiente; úsala. Ella es la moneda de cambio para obtener todo lo que desees.
Recuerda, al que Cree Todo le es Posible, y si miras a tu alrededor verás que todo fue hecho de lo que no se veía ¡Aleluya!
La fe es el principio del caminar cristiano: “porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7). La Biblia muestra claramente que, sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Pero no hay cristiano que no tenga fe, ya que todos hemos recibido la misma medida de fe. Así lo dice el versículo de inicio.
Lo que necesitas es aumentar tu medida de fe. La Palabra nos revela cómo hacer que tu fe crezca y sea eficaz. En primer lugar, has de permanecer en la Palabra; pues la Palabra produce fe en tu espíritu: “la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17).
Cuanto más escuches la Palabra de Dios, más fe tendrás. Cuanto menos recibas de la Palabra de Dios en tu espíritu, menos fe podrás expresar cuando te enfrentes a los desafíos de la vida.
Tu fe también se edifica a medida que asistes regularmente a las reuniones de la iglesia, y tienes comunión con otros creyentes (Hebreos 10:25). En la iglesia, se te enseña la Palabra, y también disfrutas de la rica comunión del Espíritu que fortalece tu fe.
Pero también has de expresar tu fe. Santiago 1:22 dice: “Pero sean hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándose a vosotros mismos.” La fe fuerte y que prevalece se forma a través de la perseverante meditación y aplicación de la Palabra. Hacer la Palabra es expresar fe; y esa fe es la victoria que vence al mundo. La fe que no se expresa nunca podrá prevalecer.
La fe siempre debe ir acompañada de la acción correspondiente: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26). Expresa siempre tu fe en palabras y acciones.
No te lamentes, ni te quejes a Dios por su situación; ¡haz la Palabra! Usa tu fe. Jesús dijo que, si tienes fe como un grano de mostaza, puedes ordenarle a un monte que se mueva, y te obedecerá. La fe que tienes es suficiente; úsala. Ella es la moneda de cambio para obtener todo lo que desees.
Recuerda, al que Cree Todo le es Posible, y si miras a tu alrededor verás que todo fue hecho de lo que no se veía ¡Aleluya!
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