MI FE DETONA NUEVOS HORIZONTES
“Por lo tanto, ¡que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es de ustedes” (1 Corintios 3:21).
El ancla de un barco sirve como un medio de fijación y estabilidad. En ocasiones nuestra fe también requiere un “ancla”; a fin de reforzarla y apoyarla cuando la expresas. Cuando andamos por la Palabra de Dios, podemos recurrir a ciertos apoyos para nuestra fe. El caminar de fe - la vida en la fe - es como caminar sobre el agua.
Por ejemplo, cuando deseas tener una nueva casa o una propiedad, y das una ofrenda de semilla a ese efecto; esa semilla que has ofrendado está realmente conectada a tu fe. Es un apoyo para tu fe. No obstante, dar una ofrenda de semilla para obtener algo es realmente el nivel más básico de aplicación de nuestra fe, en los principios de prosperidad de Dios. Pero está bien comenzar haciendo tales cosas para sostener nuestra fe al inicio. Es como enseñarle a un niño a caminar, y se le proporciona un andador para que se apoye.
El niño descansa sobre ese andador y lo empuja alrededor, apoyándose en él para caminar. Eso es lo que representa la ofrenda de semilla cuando quieres conseguir algo por la fe. Pero no te quedes ahí. Si todo lo que sabes y practicas es dar ofrendas de semilla cuando necesitas algo de Dios, entonces algo falla. Si es preciso hacer tal cosa para obtener lo que necesitas, entonces ¿por qué vino Jesús? ¿Cuál es entonces el significado de nuestra herencia en Él? No hay absolutamente nada en este mundo que no esté ya incluido en nuestra herencia en Cristo.
Por eso el Espíritu, a través del apóstol Pablo, escribió a la Iglesia diciendo: “...todo es de ustedes” (1 Corintios 3:21). No hay nada en este mundo para lo que necesites hacer algo especial a fin de que sea tuyo; todas las cosas ya son tuyas. 2 Pedro 1:3 declara: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”.
Por lo tanto, cuando presentes tus ofrendas hazlo como quien trae los frutos de su justicia (2 Corintios 9:10), reconociendo que ya estás en un lugar de completa abundancia. Ya estás en el nivel más alto – Cristo. Vive pues con el entendimiento de tu naturaleza divina.
El ancla de un barco sirve como un medio de fijación y estabilidad. En ocasiones nuestra fe también requiere un “ancla”; a fin de reforzarla y apoyarla cuando la expresas. Cuando andamos por la Palabra de Dios, podemos recurrir a ciertos apoyos para nuestra fe. El caminar de fe - la vida en la fe - es como caminar sobre el agua.
Por ejemplo, cuando deseas tener una nueva casa o una propiedad, y das una ofrenda de semilla a ese efecto; esa semilla que has ofrendado está realmente conectada a tu fe. Es un apoyo para tu fe. No obstante, dar una ofrenda de semilla para obtener algo es realmente el nivel más básico de aplicación de nuestra fe, en los principios de prosperidad de Dios. Pero está bien comenzar haciendo tales cosas para sostener nuestra fe al inicio. Es como enseñarle a un niño a caminar, y se le proporciona un andador para que se apoye.
El niño descansa sobre ese andador y lo empuja alrededor, apoyándose en él para caminar. Eso es lo que representa la ofrenda de semilla cuando quieres conseguir algo por la fe. Pero no te quedes ahí. Si todo lo que sabes y practicas es dar ofrendas de semilla cuando necesitas algo de Dios, entonces algo falla. Si es preciso hacer tal cosa para obtener lo que necesitas, entonces ¿por qué vino Jesús? ¿Cuál es entonces el significado de nuestra herencia en Él? No hay absolutamente nada en este mundo que no esté ya incluido en nuestra herencia en Cristo.
Por eso el Espíritu, a través del apóstol Pablo, escribió a la Iglesia diciendo: “...todo es de ustedes” (1 Corintios 3:21). No hay nada en este mundo para lo que necesites hacer algo especial a fin de que sea tuyo; todas las cosas ya son tuyas. 2 Pedro 1:3 declara: “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”.
Por lo tanto, cuando presentes tus ofrendas hazlo como quien trae los frutos de su justicia (2 Corintios 9:10), reconociendo que ya estás en un lugar de completa abundancia. Ya estás en el nivel más alto – Cristo. Vive pues con el entendimiento de tu naturaleza divina.
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