EL TIENE FE EN TI
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
La Biblia nos expone que Jesús, por el gozo y la gloria puestos delante de Él, sufrió la cruz, menospreciando el oprobio (Hebreos 12:2).
Tú eres ese gozo y esa gloria que tenía delante; por lo cual no le importó padecer la muerte como si fuera un criminal. Él tenía en mente lo que tú y yo llegaríamos a ser a través de su sacrificio en la cruz.
Él entregó su vida para que el plan de Dios para nuestras vidas se cumpliera. El plan de que llegásemos a ser la gloria de Dios. El plan de que llegásemos a ser la justicia de Dios y participantes de la naturaleza divina.
Él entregó su vida para que se cumpliera el plan de Dios de que tuviéramos y disfrutásemos la abundante vida eterna. Él entregó su vida para que pudiésemos vivir en justicia, prosperidad, salud, dominio, victoria y excelencia para siempre.
Jesús tenía fe en lo que le fue encomendado. Él tenía fe, y confió en nosotros hasta el punto de dar su propia vida. Él sabía que, si creíamos en su evangelio, seríamos como Él; y ahora somos como Él (1 Juan 4:17).
Él sabía que seríamos uno con Él, llenos de la divinidad. Él sabía que llegaríamos a ser participantes de la naturaleza y la clase divina. ¡Bendito sea Dios! Cree tú también en lo que Él hizo, en quién Él es, y en lo que Él ha hecho en y por ti.
Decídete a ser feliz, y a tener siempre éxito y progreso. Decídete a ser todo lo que Él consumó por ti a través de su muerte y resurrección.
Decídete a que tu vida sea excelente y esté llena de gloria, para alabanza de aquél que te amó y se entregó por ti. Dale cumplimiento a su sueño, y consuma su destino para tu vida; porque Él tiene fe en ti.
La Biblia nos expone que Jesús, por el gozo y la gloria puestos delante de Él, sufrió la cruz, menospreciando el oprobio (Hebreos 12:2).
Tú eres ese gozo y esa gloria que tenía delante; por lo cual no le importó padecer la muerte como si fuera un criminal. Él tenía en mente lo que tú y yo llegaríamos a ser a través de su sacrificio en la cruz.
Él entregó su vida para que el plan de Dios para nuestras vidas se cumpliera. El plan de que llegásemos a ser la gloria de Dios. El plan de que llegásemos a ser la justicia de Dios y participantes de la naturaleza divina.
Él entregó su vida para que se cumpliera el plan de Dios de que tuviéramos y disfrutásemos la abundante vida eterna. Él entregó su vida para que pudiésemos vivir en justicia, prosperidad, salud, dominio, victoria y excelencia para siempre.
Jesús tenía fe en lo que le fue encomendado. Él tenía fe, y confió en nosotros hasta el punto de dar su propia vida. Él sabía que, si creíamos en su evangelio, seríamos como Él; y ahora somos como Él (1 Juan 4:17).
Él sabía que seríamos uno con Él, llenos de la divinidad. Él sabía que llegaríamos a ser participantes de la naturaleza y la clase divina. ¡Bendito sea Dios! Cree tú también en lo que Él hizo, en quién Él es, y en lo que Él ha hecho en y por ti.
Decídete a ser feliz, y a tener siempre éxito y progreso. Decídete a ser todo lo que Él consumó por ti a través de su muerte y resurrección.
Decídete a que tu vida sea excelente y esté llena de gloria, para alabanza de aquél que te amó y se entregó por ti. Dale cumplimiento a su sueño, y consuma su destino para tu vida; porque Él tiene fe en ti.
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