LAS PALABRAS AGRADABLES

“Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos” (Proverbios 16:24).

Las palabras correctas son un obsequio mejor que el dinero, y que cualquier don terrenal. Lee de nuevo el versículo de inicio: hace referencia a palabras agradables y dulces. Son palabras llenas de gracia, que animan, y que producen lo mejor de ti.

Son palabras que producen salud. Podrás presentar buenos obsequios a los demás, pero si las palabras que das no son tan buenas, entonces esos obsequios son inútiles.

Las guerras de este mundo son causadas por palabras; y la paz también se establece con palabras. Cuando Jacob envió obsequios a su hermano Esaú con el fin de apaciguar sus intenciones de matarle a causa de su pasado engaño; esos obsequios no tuvieron mucho efecto.

Aún después de ver los obsequios, Esaú siguió avanzando hacia Jacob con intención de atacarle. Sin embargo, en el momento en el que escuchó la voz de Jacob, y éste se dirigió a él de corazón en términos de paz y amor, Esaú se calmó y cambió de actitud.

¿Acaso no es esto lo que dice la Biblia? “Respuesta amable aplaca la ira, palabra hiriente enciende la cólera” (Proverbios 15:1). Una palabra agradable comunica sanidad y obra maravillas.

No hables palabras dañinas, hirientes o malignas. Habla siempre con amabilidad y de corazón. Aprende a usar palabras corteses, pero no con adulación. No uses tus labios para adular; pues la adulación es engañosa y está vacía, aunque suene bien.

No seas como la persona que David describe en Salmos 55:21: “Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, pero guerra hay en su corazón; suaviza sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas desnudas.”

Las palabras proceden del corazón y ponen de manifiesto tu personalidad. Así pues, llena tu corazón con la Palabra de Dios; y de la abundancia de tu corazón procederán palabras que sanarán, fortalecerán, animarán, bendecirán y consolarán a los demás.

No Comments