YO ELIJO
… he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Deuteronomio 30:19).
Nuestro Padre Celestial es tan bueno y misericordioso; y siempre rebosante de amor. Su anhelo es bendecirte. Él conoce cada detalle de tu vida: sabe dónde vives, sabe dónde estás, y comprende lo que estás pasando.
Su propósito es que siempre triunfes, sean cuales sean las dificultades. Aun cuando cometes errores, Él se esfuerza por corregirte y ayudarte. Él está más apasionado por tu bienestar - tu éxito, tu prosperidad y tu gozo - que lo que tú jamás puedas estar.
Puedes escoger amar a Dios, y puedes escoger no amarle. Puedes escoger servirle, y puedes escoger servirte a ti mismo. La elección es tuya. Y puesto que te ha dado esa potestad, Él no la usurpa ni te la retira.
Romanos 11:29 dice: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. En el versículo de inicio, vemos cómo actúa Dios. Él te proporciona la información que requieres para que tomes la mejor decisión; y te muestra cuál es esa mejor decisión, pero nunca te fuerza para que la hagas.
Sin embargo esa libertad viene con responsabilidad un día, Dios pondrá de manifiesto ante cada hombre y mujer todo lo correcto e incorrecto en sus vidas. El hombre dará cuentas a Dios. Por eso es importante que vivas tu vida en Cristo a diario; siendo consciente de la salvación que has recibido, y viviendo por el Espíritu conforme a la Palabra de Dios.
Ninguno de los que estamos en Cristo seremos condenados. Así pues, persevera en Él y usa correctamente el don de elección que Dios te ha dado. Procura siempre ser un fiel administrador recordando que todo es suyo, y tengamos pasión por extender Su reino y amor por las almas.
¡ La mesa está puesta !
Nuestro Padre Celestial es tan bueno y misericordioso; y siempre rebosante de amor. Su anhelo es bendecirte. Él conoce cada detalle de tu vida: sabe dónde vives, sabe dónde estás, y comprende lo que estás pasando.
Su propósito es que siempre triunfes, sean cuales sean las dificultades. Aun cuando cometes errores, Él se esfuerza por corregirte y ayudarte. Él está más apasionado por tu bienestar - tu éxito, tu prosperidad y tu gozo - que lo que tú jamás puedas estar.
Puedes escoger amar a Dios, y puedes escoger no amarle. Puedes escoger servirle, y puedes escoger servirte a ti mismo. La elección es tuya. Y puesto que te ha dado esa potestad, Él no la usurpa ni te la retira.
Romanos 11:29 dice: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. En el versículo de inicio, vemos cómo actúa Dios. Él te proporciona la información que requieres para que tomes la mejor decisión; y te muestra cuál es esa mejor decisión, pero nunca te fuerza para que la hagas.
Sin embargo esa libertad viene con responsabilidad un día, Dios pondrá de manifiesto ante cada hombre y mujer todo lo correcto e incorrecto en sus vidas. El hombre dará cuentas a Dios. Por eso es importante que vivas tu vida en Cristo a diario; siendo consciente de la salvación que has recibido, y viviendo por el Espíritu conforme a la Palabra de Dios.
Ninguno de los que estamos en Cristo seremos condenados. Así pues, persevera en Él y usa correctamente el don de elección que Dios te ha dado. Procura siempre ser un fiel administrador recordando que todo es suyo, y tengamos pasión por extender Su reino y amor por las almas.
¡ La mesa está puesta !
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