CIUDADANÍA CELESTIAL
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial” (1 Corintios 15:49).
No eres un ser terrenal, sino celestial. Siempre debemos estar conscientes de esto y debe ser obvio también en tu manera de hablar y de vivir.
Una y otra vez decláralo: “Yo soy un ser celestial”. Así es el evangelio de Jesucristo; Él vino hacerte celestial. Jesús vino a darte una vida celestial, que has de comenzar a vivir ya desde aquí, en la tierra.
Así como cuando naces en una nación, eres ciudadano de la misma. El cielo es para los seres celestiales - aquellos que ya en la tierra reciben una vida celestial. Nadie puede ir al cielo sin una vida celestial.
La manera legal de poder viajar a un país es teniendo el pasaporte de ese país, por ser un ciudadano de él; u obteniendo un visado o un documento de viaje que te permita ingresar en ese país.
Por lo que debes de poseer una de estas cosas para que se te conceda acceso. Esto es cierto para casi todos los países, y el cielo es un país. Filipenses 3:20 dice que somos ciudadanos del cielo.
La manera de obtener la ciudadanía celestial es naciendo de nuevo, recibiendo la vida de Cristo - la vida celestial - aquí en la tierra. Entonces, cuando Jesús venga, puesto que eres un ciudadano del cielo y le perteneces a Él, serás arrebatado para ir juntamente con Él.
Alégrate de haber nacido de nuevo, y de ser un ciudadano del Reino. Recuerda siempre que no eres de este mundo; eres un ciudadano del cielo, nacido de lo alto, con la vida y naturaleza de Dios en ti.
No eres un ser terrenal, sino celestial. Siempre debemos estar conscientes de esto y debe ser obvio también en tu manera de hablar y de vivir.
Una y otra vez decláralo: “Yo soy un ser celestial”. Así es el evangelio de Jesucristo; Él vino hacerte celestial. Jesús vino a darte una vida celestial, que has de comenzar a vivir ya desde aquí, en la tierra.
Así como cuando naces en una nación, eres ciudadano de la misma. El cielo es para los seres celestiales - aquellos que ya en la tierra reciben una vida celestial. Nadie puede ir al cielo sin una vida celestial.
La manera legal de poder viajar a un país es teniendo el pasaporte de ese país, por ser un ciudadano de él; u obteniendo un visado o un documento de viaje que te permita ingresar en ese país.
Por lo que debes de poseer una de estas cosas para que se te conceda acceso. Esto es cierto para casi todos los países, y el cielo es un país. Filipenses 3:20 dice que somos ciudadanos del cielo.
La manera de obtener la ciudadanía celestial es naciendo de nuevo, recibiendo la vida de Cristo - la vida celestial - aquí en la tierra. Entonces, cuando Jesús venga, puesto que eres un ciudadano del cielo y le perteneces a Él, serás arrebatado para ir juntamente con Él.
Alégrate de haber nacido de nuevo, y de ser un ciudadano del Reino. Recuerda siempre que no eres de este mundo; eres un ciudadano del cielo, nacido de lo alto, con la vida y naturaleza de Dios en ti.
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