INSEPARABLES

1 Corintios 6:17 dice: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él”. Estamos unidos, de manera inseparable, al Señor; y Él no se avergüenza de nuestra unión con Él.

¿Ha sucedido en alguna ocasión que quizás un miembro de tu familia ha hecho algo terrible, y te sentiste avergonzado de él? Hebreos 2:11 dice que el Señor no se avergüenza de llamarnos hermanos.

Piénsalo, a pesar de todo lo que Él conoce sobre tu vida, aún te ama y celebra su comunión contigo. Él está tan unido e identificado contigo que te ha dado su Nombre para que vivas por él.

La Biblia dice que el Señor se compadece de nuestras debilidades (Hebreos 4:15). Tú unión con el Señor es lo más grande y honorable que puedas imaginar.

Celébralo. Aprovecha cada momento de tu vida para glorificar a Jesucristo en y con tu vida. No hay nada más trascendente que ser participante de la naturaleza divina; alguien en quien Cristo literalmente habita. Tú eres la casa de Dios.

Él vive en ti; y habla en y a través de ti. Esto debe ayudarte a comprender tu importancia y relevancia para Cristo. Estás en Él, y Él está en ti.

A través de ti, Él puede expresar su amor y justicia a los hombres. Tú eres su extensión en la tierra; pues eres nacido de Él y estás unido a Él. Así lo dijo el Señor Jesús en Juan 15:5: “Yo soy la vid y ustedes las ramas…”. La vid y las ramas son la misma planta.

El plan del Padre es que Él nos necesite tanto como nosotros le necesitamos a Él. Él es nuestra gloria, y nosotros somos su gloria. En Juan 17:19-21, Jesús oró por nosotros así: “… como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros…”.

Esta oración tuvo cumplimiento cuando el Espíritu Santo vino a vivir en nosotros. Has sido literalmente unido al Espíritu Santo para ser inseparable de Él, una creación divina. Eres Su orgullo y en quien se complace. ¡Nunca se avergonzará de ti!

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