JESÚS: EL ANCLA DE NUESTRA ESPERANZA



“....tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros...” (Hebreos‬ ‭6:18-20‬)

Sin esperanza, es imposible vivir la vida en todo su potencial.Y la esperanza no es simplemente un pensamiento positivo.

En realidad, la esperanza es la anticipación gozosa de lo bueno. Llega cuando descubrimos la naturaleza de Dios es decir su bondad perfecta, al encontrarle y al encontrar Sus promesas perfectas. Sabiendo que lo que hizo una vez lo hará de nuevo.

La esperanza está anclada en la revelación de la bondad de Dios y brota de nuestro corazón de una manera que impacta nuestras perspectivas, actitudes y patrón de vida.

Dado que la bondad de Dios es el mayor absoluto en existencia, es allí donde nuestro corazón debe estar atado para que permanezcamos firmes en esta realidad del Reino llamada esperanza.

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