SÓLO CON EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO



¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que les hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras (Juan 14:10).

El Espíritu Santo es el agente activo de la Divinidad. Él es el ejecutor del poder de Dios. Él lleva a cabo los actos de Dios. El hombre fue creado y formado por el Espíritu Santo. Todo lo que Dios hace más allá de su trono, lo realiza por el Espíritu Santo. Y es muy importante para los hombres entender que nada funciona sin el Espíritu Santo.

Sin Él, no hay vida. Si, por ejemplo, si se organiza una actividad de evangelismo y no la llevas a cabo mediante el poder del Espíritu de Dios, será en vano. Si Él va contigo todo lo que hagas llevará el sello de productividad, así como fue con los panes y peces.  

La Biblia dice: “Porque Dios es el que en ustedes produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13); y con ello se está refiriendo al Espíritu Santo. Nadie puede hacer la obra de Dios sin el Espíritu Santo. No será más que una lucha infructuosa. La Biblia dice: “...No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu - dice el Señor” (Zacarías 4:6 LBLA).

Ni siquiera el Señor Jesús podía hacer aquellas grandes obras sin el Espíritu Santo. Todas las grandes obras que realizó fueron hechos por el poder del Espíritu Santo. Leamos lo que dijo Jesús en el versículo de inicio: “...el Padre que mora en mí, él hace las obras”.

Si Jesús necesitó del ministerio del Espíritu Santo, entonces eso significa que tú nada puedes hacer sin Él. No es de extrañar, Dios quiere que estemos siempre llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18). El Espíritu Santo es Dios en y con nosotros. Él edifica su Iglesia a través de nosotros. Reconócele como tu gran ayudador, y vive siempre con su competencia y su fuerza. Él hará de ti un éxito en la vida, y en todo lo que hagas y emprendas!

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