IMPACTA CADA DÍA



“En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.”  (Juan 16:23).

Debes tener resultados cada vez que ores. Dios nos manda que oremos porque quiere dar respuesta a nuestras oraciones, pero debemos orar correctamente. Hay ciertas reglas de oración, simples, pero fundamentales; que, si no se aplican, estarás orando incorrectamente.

Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, oramos en el Nombre de Jesús. Esto significa que no le pedimos nada a Jesús en oración. Por supuesto que puedes dirigirte a Él y declararle cuánto le amas, y darle gracias. Pero no tiene sentido pedirle algo en oración a Jesús, en el Nombre de Jesús. Es incongruente.

Cuando oramos en el Nombre de Jesús, estamos interviniendo en su lugar. Por ello, no tiene ningún sentido espiritual dirigirse a Jesús en su propio Nombre. Además, oramos sabiendo que somos justicia de Dios en Cristo Jesús. Nuestra justicia nos concede el derecho y la garantía de ser escuchados por Dios. Esto es lo que hace que nuestras oraciones sean eficaces.

Santiago 5:16 dice: “La oración eficaz del justo puede mucho”. Por lo tanto, la oración en el Nuevo Testamento está orientada a efectuar cambios. Cuando nos enfrentemos a desafíos, ¡podemos causar cambios por medio de la oración! Jesús dijo: “es necesario orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1). Compréndelo: ora siempre, y no te rindas; porque cuando oras, pones de manifiesto un gran poder para causar obras de justicia.

Por medio de la oración, provocas cambios bien definidos y favorables en el plano espiritual, que son reflejados en tu vida diaria, asi es que cada día debe ser conquistado e impactado primeramente en Oración!

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