CADA DÍA...¡UN GRAN DÍA!



"Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ese fue el día en que descansó de toda su obra de creación." (Génesis 2:3).

La voluntad de Dios es que, cada día, disfrutes de tu vida. Para ti, todos los días han de ser de gozo, de bendiciones, de acción de gracias, y de celebración. Niégate a lamentarte y a hablar mal de tu día.

Nunca declares: “¡Estoy teniendo un mal día!”. No maldigas el día. Más bien, obtén lo mejor de este día. Santifícalo. En otras palabras, bendice el día y declara lo que este día va a producir para ti.
 
Hay bendiciones y beneficios para ti a diario. ¡Decláralos! Di así: “Padre, te doy gracias, pues recibo en mi vida todo el favor y todos los beneficios que has dispuesto para mi vida. Hoy las cuerdas me han caído en lugares deleitosos, y esta tierra me está sometida, en el Nombre de Jesús”.
 
Antes de salir de casa, declara paz y productividad en tu día. Declara que el Espíritu de Dios te llevará a los lugares oportunos, en el momento oportuno, a fin de dar cumplimiento a la voluntad de Dios. Declara que Él te presentará oportunidades divinas en este día, y que serás capaz de reconocerlas y aprovecharlas al máximo.

 Ahora mismo, di así: “Este día está lleno de bendiciones. Yo vivo hoy en el plano sobrenatural, manifestando la justicia de Dios, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Él”.

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