EL PODER DE ELEGIR



»Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial. (Mateo 5:14,16)

El poder más grande que Dios nos dio fue el poder de elegir. Este poder lo ejercemos todos los días, de manera consciente o inconsciente.

Elijo levantarme cada día, y estar de buen humor sin importar todo aquello que me pueda perturbar, elijo bendecir a cualquier persona que vea, elijo sonreír, elijo mostrarme feliz ante cualquier comentario negativo o mala noticia que pueda recibir.

Todo lo anterior es dejar que mis buenas acciones brillen a la vista de todos para que todos sepan que me parezco y actúo como mi Padre que está en los cielos.

Hay tantas cosas que vistas bajo la óptica de la justicia del mundo yo tendría derecho hacerlas, como por ejemplo tengo derecho a vengarme cuando me han hecho mal, derecho a gritar porque me hicieron enfadar, derecho a aplicar la ley del silencio porque no me pidieron perdón.

Todo lo anterior refleja el carácter del mundo pero no el de mi creador. Yo fui elegido por El  no para reflejar al mundo sino para ser  luz en el mundo.

En este día, al igual que el siguiente, y el siguiente yo decido ser luz!

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