A PRUEBA DE TEMPESTADES



“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).

No hay situación desesperada para un hij@ de Dios. No importa a qué te hayas podido enfrentar en tu vida; ninguna adversidad es para tu destrucción. No muchos lo comprenden, y por ello desmayan ante ciertas adversidades.

Estamos concebidos para soportar cualquier tempestad.2 Corintios 4:17 dice: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Así pues, enfréntate a los momentos de dificultad y véncelos.

Las adversidades que se te presenten son para testificar de la gloria de Dios en tu En Isaías 43:2, el Señor dice: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”

Como ves, suceda lo que suceda, eres más que un vencedor. Si estás endeudado, y sientes que estás desamparado; no te rindas, pues Dios tiene una solución. Mantente firme en la fe, pues resolverás tus deudas con esos acreedores.

No imagines escenarios catastroficos, ni pensamientos negativos, pues Dios es más grande -mucho más grande, que cualquier cantidad de dinero con la que te hayas podido endeudar.

Si se trata de un dictamen médico desolador, ¡confía en el Nombre de Jesús! Independientemente del dolor o de los síntomas, sigue declarando: “¡Yo tengo salud divina! ¡Mi cuerpo es revitalizado por el Espíritu Santo que vive en mí!” Verás, dentro de ti vive el Espíritu de Dios, que te hace invencible.

Dios lo hizo una vez y lo volverá hacer, “.. tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. 2 Corintios 4:7 Asi es que no permitas que nada robe tu paz ¡Aleluya!

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