ENTONA VICTORIA

 
“…Dijo: «¡Escuchen habitantes de Judá y de Jerusalén! ¡Escuche, rey Josafat! Esto dice el Señor: “¡No tengan miedo! No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes sino de Dios.”(2 Crónicas 20:15).

En este capítulo leemos algo inspirador que hizo el rey Josafat cuando Judá fue asediado por naciones enemigas. Él y los ejércitos de Judá estaban completamente superados, y en sus propias palabras, admitía la vulnerabilidad de Judá, pero él oró a Dios para pedir ayuda, y la respuesta de Dios vino a través  del profeta Jahaziel:

“Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré con ustedes”». (v17)

Esas fueron las palabras consoladoras y tranquilizadoras del Señor para Josafat. Pero fíjate en lo siguiente que hizo Josafat, al disponerse a hacer frente al ejército invasor: designó cantantes para el Señor, que elevaron este canto: “Glorifiquen al Señor, porque su misericordia es para siempre” (v21).

Esta fue una canción de victoria. Mientras cantaban y marchaban hacia el campamento del enemigo, la Biblia declara que “El Señor puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (2 Crónicas 20:22).

Cuando el ejército de Judá llegó tras los cantantes, todos sus asaltantes habían perecido, destruyéndose los unos a los otros. Josafat, con su ejército, simplemente se llevó el botín, ¡sin luchar! Esta fue una estrategia inusual, para nuestra instrucción.

Nuestras canciones de adoración y alabanza, frente a circunstancias desalentadoras, pronuncian la derrota del adversario.

No importa cuán complicado sea que pienses que es el desafío: alaba y adora al Señor por su Palabra de victoria. Independientemente del poder del adversario y de las adversidades, ¡nunca te rindas! Canta canciones de victoria. ¡Aleluya!